El regreso


"Laissez-Faire, laissez-vivre"

Día 19, 29 de julio, viernes.


Itinenario: Bad Schonborn (Alemania) -Thiers (Francia)
Km: 688
Pernocta: Area de pernocta de Thiers (45º52'16"N;3º29'03")

Dia espléndido, fresco algo nuboso. Destino previsto para hoy: cerca de Clermont Ferrand.

Es viernes, no solo inicio de un fin de semana,sino de las vacaciones del mes de agosto. Nos tememos los “bouchones” de los franceses que son terribles. Los hemos sufrido otros años en Lyon y en la costa azul así que este hemos decidido evitar Lyon saliéndonos unos kilómetros antes y también evitar lo que podamos de la costa azul, sobre todo mañana sábado, así que nos desviaremos por Clermont Ferrand y desde allí, al sur.

Por las carreteras alemanas no encontramos hoy ningún atasco aunque sí una alta densidad y obras cada dos por tres que hacen que continuamente tengamos que reducir la velocidad ya que por aquí, si bien es cierto que muchas carreteras no tienen limitaciones de velocidad, cuando las hay, las cumplen a rajatabla.

Prácticamente sin darnos cuenta entramos en Francia y las autopistas se despejan. Continuamos muy tranquilos hasta unirnos a la autopista que viene de Paris y se dirige a Lyon. El tráfico es denso y nos salimos según lo previsto tomando una nacional que resulta, como todas las nacionales francesas, lenta pero muy bonita.

Como no tenía previsto regresar por esta zona, carezco de información impresa sobre las áreas francesas en esta región, así que únicamente dispongo de las descargadas de la página francesa en el navegador. Como destino nos dirigimos a Thiers y a 5 kilómetros nos muestra un área. Pero cuando llegamos vemos que el área está junto a la carretera, semi-avandonada y vacía. Esto último no es de extrañar ya que no resulta nada atractiva. Son las 18,30h y a 18 kilómetros, en el mismo Thiers nos aparece otra junto a un lago. Decidimos continuar hasta allí.

Pero en Thiers una señal de limitaciónn de altura a 2,5 m nos obliga a dar la vuelta continuando por otra carretera hasta que el navegador encuentra una nueva ruta que seguimos. Cuando nos aproximamos nos damos cuenta de que estamos frente a las puertas de un camping. Son ya las 19,30 y nos resignamos, pero observamos que el navegador fija el destino 200 metros más adelante y sorprendentemente encontramos una zona herbosa, junto a lo que parece un polideportivo con pistas de tenis, tiro al arco, un lago para pesca…¡y gratuita!. Hay media docena de autos y no puedo dejar de exclamar: “¡me encantan los franceses!” Ellos dejan hacer y vivir. Aquí todos pueden convivir en armonía, camping, áreas de servicio, tiendas, caravanas, autocaravanas... hay sitio para todos. Tiene para carga y descarga de agua, gratuito también y comprobamos que está junto a un bonito y pequeño lago donde hay grupos de gansos salvajes, que lo tienen todo “minado” alrededor con enormes cagarrutas, por lo que se hay que pasear con cuidado y a saltos. Por la noche llega alguna autocaravana más. Dormimos genial

Casi en casa

Día 20, 30 de julio, sábado.

Itinerario: Thiers-Besalú
Km.: 763
Pernocta: aparcamiento de Besalú junto al río(42º11'51"N; 2º42'08"E)

Hoy tenemos previsto tan solo unos 400 kilómetros hasta Port Leucate a donde el navegador prevé que llegaremos a las 14,30 o 15 horas, pero éste desconoce el día preciso que es hoy: sábado francés, fin de semana y comienzo de vacaciones. Y como teníamos previsto, encontramos el primer “bouchon” a 23 kilométros de la entrada en la autopista y no nos abandona hasta pasados unos 120 kilómetros de Clermont Ferrand. El principio es desesperante ya que no hay alternativa a esta autovía, que por eso, y dicho sea de paso, es gratuita, y el navegador muestra casi 400 km para nuestro destino. Si es así, habrá que armarse de paciencia. Realmente no hay nada que explique el inmenso atasco a no ser una elevadísima densidad de circulación que produce retenciones al llegar a una curva donde hay que reducir la velocidad, o una subida, o una frenada de alguno repercutiendo kilómetros y kilómetros atrás. Esta sospecha queda confirmada ya que después de estas curvas o repechos con subidas o bajadas el trafico se despeja y podemos circular a buena velocidad.

Afortunadamente el tráfico se despeja casi un poco antes de hacer los 200 km y conseguimos superar la velocidad media de 50 a 60 km/h hasta llegar a 90 ó 100.

Esta autovía que desciende desde Clermont al sur es gratuita y discurre entre bonitos bosques y paisajes verdes introduciéndose en parques naturales. Varias señales anuncian “circos” y gargantas como la famosa del Tarbes. Pero parece una montaña rusa de bajadas y subidas.

Para nuestra sorpresa nos encontramos con el impresionante viaducto de Millau, el más alto de Europa y que fue portada de noticias con su reciente inauguración. Y realmente es una obra de ingeniería impresionante, aunque las vistas desde arriba no sean más espectaculares que desde otros viaductos. Cuesta 12 euros.

Continuamos nuestro camino hasta Leucate. Encontramos una señal de gasolinera y como la íbamos necesitando salimos a buscarla. Un poco alejada de la autovía nos lleva a un Super-U, con un estupendo precio y un supermercado al lado donde compramos algunas cosas preparándonos para el fin de semana.

Una vez en la autovía de la costa azul, el tráfico es denso pero fluido, pero cuatro kilómetros antes de la salida a Port Leucate, el tráfico aparece atascado. Comprobamos aterrorizados que proviene de la salida a esta población, así que decidimos esperar a la siguiente salida, pero esta vez, dos kilómetros antes, se vuelve a producir el “bouchón”, por lo que decidimos explorar esta zona de las costa francesa en otro momento que no fueran esta fechas señaladas.

Pusimos rumbo a Besalú o a Banyoles donde tenía anotado la posibilidad de pernota. Nos adentramos en el interior de la provincia de Gerona, provincia, que dicho sea de paso, nos parece privilegiada por tener unas hermosas playas y un interior que para nada desmerece la costa, además de tener muy cerca los Pirineos con una oferta infinita en verano y en invierno. Parece reunirlo todo. Un lujo.

Llegamos a las coordenadas de Besalú pero en el punto exacto aparece un pequeño aparcamiento junto a la carretera sin ningún atractivo por lo que continuamos hacia Banyoles. La primera salida cerrada. Continuamos a la segunda, ya en la población, también cerrada. Me quedo prácticamente en medio de unas “glo” porque era una rotonda enana y bajo a preguntar a la policía quien me dice que se está celebrando una prueba deportiva y aunque abran el acceso, mañana a las 7 vuelven a cerrarlo pero que puedo ir a un gran aparcamiento al otro lado, aparcamiento que nos empeñamos en encontrar y no lo conseguimos así que cabreados y “jurando en hebreo” contra este nuestro país que nos lo pone tan difícil, regresamos a Besalú. Cuando estamos esperando a que un turismo nos deje hueco, nos pasa una camper y pensamos que va al camping que está en la misma dirección, pero gira a la derecha y desaparece. La seguimos y encontramos una gran explanada que suponemos que era a la que se hacia referencia al describir el lugar, aunque las coordenadas realmente nos dejaban a unos 100 o 200 metros de ella y en el lado contrario. Plana y verde.
Perfecta. Como únicamente estamos las dos, les preguntamos si se quedaban a pasar la noche, lo que nos confirmaron. Estupendo. Entablamos una breve conversación en la que sentimos añoranza por nuestra antigüa California, aunque la que ellos llevaban eran más moderna. Nos comentan que Besalú en un pueblo precioso, así que aunque estamos ya cansados y casi saturados, nos decidimos a visitarlo. Y realmente nos sorprendió gratamente. Es bonito, tranquilo y sobre todo está muy cuidado, como todos los pequeños pueblos de la Costa Brava. Saben lo que tienen, lo aprecian y lo cuidan.

Así, atravesamos su hermoso e impresionante puente para adentrarnos en sus estrechas calles flanqueadas por casas de piedra estupendamente conservadas hasta llegar a una animada plaza en la que se disponían varias terrazas alrededor con gente disfrutando de la tarde.

Después de un agradable paseo regresamos, cenamos y en absoluta paz, nos fuimos a dormir, no sin antes ver como dos autocaravanas mas se sumaban a nuestro pequeño grupo. Y algo que siempre me resulta curioso, tal y como se coloca la primera autocaravana, nos colocamos las demás, como siguiendo una norma no escrita de orden y sentido y además, en este caso no se cumplió lo de la “Ley de barco anclado” (aunque haya mucho espacio, siempre hay alguna que se pega innecesariamente).

En la playa
Día 21, 31 de julio, domingo.

Itinerario: Besalú-Sant Pere Pescador
Km:
Pernocta: Camping Acuarius. Sant Pere Pescador

A las 9,40 pusimos rumbo a Sant Pere Pescador. El día estaba gris pero la temperatura era buena, así que como lo que queríamos era darnos un buen baño y descansar, vegetar, leer, escribir, la temperatura lo permitía. Llegamos sobre las 10,15 y una cola de caravanas esperaba junto a la recepción. No sin temor, pregunté si tenían alguna plaza para una noche. Por suerte disponían de dos parcelas y una de ellas estaba libre y podíamos ocuparla inmediatamente. El inconveniente era que su precio era el más caro de todas, pero la otra, además de estar ocupada hasta las 12,00 h, estaba junto a los servicios.Pedimos los precios y nos dimos un susto tremendo: parcela super-lujo (parece que a parte del tamaño, tiene posibilidad de toma y desagüe de aguas), dos personas, más chucho y electricidad…61 euros!. Ya está bien!. Con eso habíamos estamos dos días con sus comidas y cenas respectivas en un camping polaco . Claro, que como dice Angel no ofrece lo que éste, una bonita playa en el mar Mediterráneo. Y además, no aceptan tarjetas de crédito porque los bancos cobran mucha comisión Son catalanes, y que nadie se sienta ofendido porque me parece bien que miren el euro, pero en otros sitios, si pagas en efectivo hacen un descuento. Aquí no y creo, que con lo que cobran, bien podrían hacerlo, lo mismo que incluir la luz.

Como siempre que hemos venido aquí, el camping cumple con nuestras expectativas: tranquilo, limpio y la amplitud y organización no da la sensación de hacinamiento que dan otros camping españoles de playa. La vegetación que nos rodea hace que parezca un jardín. No vemos ningún español, todo alemanes, y luego algún inglés o escocés perdido (los de enfrente) . Es una pequeña Alemania en la Costa Brava. Ellos se sienten bien porque, excepto el personal de limpieza, todos los demás hablan alemán y el funcionamiento del camping está dirigido y centrado en ellos. Y siento decirlo, me siento a gusto. Aquí no me despertarán unos altavoces a las 23,30 o 24,00 horas para decirme que a partir de ahora se ruega silencio, ni la tienda o caravana de al lado con la televisión a toda pastilla, ni me molestarán las tertulias hasta altas horas de la noche, ni partidillas, ni el tufo de las barbacoas asando sardinas, ni veré enanos de jardín, ni plantas de plástico, ni “chamicillos” que acogen la cocina, el frigorífico o un cenador con su mesa y sillas dispuestos alrededor de la caravana “principal”.

Nos vamos a la playa y aunque el día sigue nublado, la temperatura es agradable. El agua está algo fresca. Como Tula no se decidía a bañarse, nos metimos los dos y la animamos. Y en un gesto de obediencia total, saltó hacia el agua. Pobrecita. Se llevó dos sorpresas desagradables, la primera, que no hacía pie y la segunda, la temperatura del agua. Se puso a nadar desaforadamente y tenía la cara desencajada.
Me acerqué corriendo y la cogí en brazos. Después de esta vez, no volvimos a convencerla ya de bañarse en ningún sitio. Aunque nos de envidia de otros perros que en cuanto ven el agua corren como locos hacia ella, eso no lo hará nuestra perra, aunque posee otras virtudes no tan visibles y la queremos tal como es. Después de darnos un par de baños, regresamos a darnos una ducha y a comer. Yo me eché una siestecilla mientras Angel leía. Después paseamos, leímos más, jugamos al billar…en una palabra: “vegetamos” y descansamos. Y así transcurrió la tarde. Encargamos una buena pizza que degustamos ya con las últimas luces del día.

Y llegamos a casa

Día 22, 1 de agosto, lunes.

Itinerario: Sant Pere Pescador-Boadilla del Monte
Km:

Hoy nos tenemos que ir y dar por terminado nuestro viaje, pero queremos aprovechar hasta las 12, por lo que después de desayunar nos vamos a la playa. Si bien es cierto que un cartel prohibe la entrada de perros en la playa, también lo es que hay permisibilidad y que la gente que acudimos con nuestros perro somos muy escrupulosos en que no molesten a ningún bañista. Y si digo esto es para introducir lo que nos ocurrió cuando íbamos a la playa con Tula. Dos niñas de unos 8 o 10 años, rubias, con su casco y su bicicleta nos dicen en alemán algo señalando el cartel que prohibe la entrada de perros en la playa, por lo que intuimos que nos dicen que no podemos entrar en la playa. Yo la digo que no hay problemas y me voy. Ellas, decididas, nos persiguen gritando en alemán tratando de llamar nuestra atención. Enojada me vuelvo y la digo que no la entiendo y ella persiste indignada en una parrafada hasta que la digo en inglés que no la entiendo y que ella está en mi país y que aquí se habla español. Y sigue…así que consigue irritarme y tengo que hacer un esfuerzo por controlarme. Termino diciéndola está vez en español, que aquí en esta playa, si pueden estar los perros y que llame a la Guardia Civil. Han conseguido sacarme de mis casillas. Cuando voy a su país, me adapto a sus normas, me gusten o no digo nada. Recuerdo cuando llamaron la atención a nuestros hijos por hacer ruido en un camping a las 19,30 lavando platos de melanina ¡de melanina! ¡qué ruido puede hacer eso y más a las 19,39! Pues cuando mis hijos me los dijeron enfadados les dije que aquí teníamos que acatar sus normas de conducta, que estábamos en su país. Eso es un detalle, pero creo que todos podemos mencionar muchos más. Y aquí esta gente se comporta realmente con arrogancia: todos tenemos que comprender su jerga y se permiten el lujo de criticar nuestro comportamiento, cuando además, ellos son los primeros que llevan sus chuchos a la playa. Pero esto también nos dio un motivo para la reflexión. En sus cabezas cuadriculadas no les cabe que nos podamos saltar una norma que está bien clara y delante de nuestras narices. Realmente curioso y gráfico de la mentalidad de los alemanes.

A las 11,45 abandonamos el camping en dirección a nuestra casa. Un año más, el gran viaje del verano había llegado a su fin y regresamos sin mayores novedades que relatar.

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Indice general de relatos

Mª Angeles del Valle Blázquez
Boadilla del Monte, Octubre de 2011

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